lunes, 13 de julio de 2009

Relatos... ¡estoy rodeado de relatos!

Para muestra de las tiras, un botón. Me aburría solemnemente en mi casa, he cogido lo primero que tenía a mano y, como no quería entintar después de dibujar, me he decidido directamente por el rötring.

Ale, disfrutad y regocijaros en mi intenso humor. Leed los bocadillos de derecha a izquierda y de arriba a abajo. Y no dibujo mangas, como podéis observar.



¿Qué dicen los personajes? El de las gafas soy yo, y me identificaré como Y (de Yo). El otro es Oshant. Le llamaremos O (por Obvio que es Oshant):

O: Tío, está muerto...
Y: Era una muerte necesaria.
O: Era un conejito indefenso...
Y: ¿Has visto "Los Caballeros de la Tabla Cuadrada"?
O: Entendido...

Y ahora, el relato:

Hallábame yo en la paz y tranquilidad de mi lujosa pero austera habitación en el Templo Jedi, escuchando tranquilamente Through The Fire And Flames, altamente recomendada como música chill out, cuando, de repente:

"Yocantomiooooooorl epetecandenorenaiiiiiiii jarl! cobarde! ese fistro pecador de la pradeerarl que tiene un mensaje! Ioputarl! Jarl... de güan, de mor, de norenaiiii.. jiajarl..."

-Un mensaje holográfico... ¿quién será?
Mi fiel amigo Oshant, un honrado maestro, ocupaba todo el proyector holográfico.
-Anda majo, reduce el zoom, que te puedo ver hasta las celulas...
-Perdona. Gran Maestro, me informan de que tenemos que realizar una misión peligrosísima y tremendamente absurda, que solo tú puedes realizar. Tienes que ir en la búsqueda de un misterioso objeto... lo llaman PAN.
-Vale, captado... ¿como has dicho que se llamaba? ¿pen? De esos tengo, ¿quieres de 2, 4 u 8 gigas?
-No, no, PAN, con A de agilipollao q'estás. Ale, tira y vuelve pronto.

Total, que procederé a contar el viaje de la única manera que sé: en pasado.

En cuanto cerré el holoproyector, di de comer a mis peces, le hice carantoñas a mi hámster, terminé de escuchar la media hora de disco que me quedaba y fui al WC, cogí las... ¿las llaves? Maldito vornkr... Yum es cuanto menos oportuno para jugar con las llaves. Después de retorcerle un poco las pelotillas al bichejo para que escupiera las llaves, corrí despacito hasta el hangar, donde me esperaba mi nave, nave que no utilizaba nunca, y que tenía tal capa de polvo que se podían plantar patatas en el maletero y los cristales parecían tintados.

Arranqué no sin antes buscar durante un infructuoso cuarto de hora algún sitio por donde abrir la nave. Cuál fue mi júbilo al apretar sin querer un botón y ver como se abría la cabina. Me metí dentro, donde metí en la pantalla las coordenadas del planeta adonde tenía que ir. Curiosamente, no me habían dicho dónde estaba, pero yo lo sabía. Así de chulo soy.

Me dirigí a las Regiones Desconocidas, con preguntas de carácter filosófico como "si son Desconocidas, ¿cómo es que las conozco?". Aterrizé en un pequeño planeta boscoso, con pinta de tener muchos árboles. Me encaminé hacia un templo de piedra que parecía tener un copón de años. En cuanto me asomé a algo que parecía una entrada, vi salir como una bala a un tío con un sombrero raro y un látigo, que huía un pedrolo de lo menos 2 toneladas que iba rodando en su búsqueda. Decidí no molestarle y seguí mi camino. Al final, me perdí, preguntando a unos nativos de por ahí:

-¿Cómo se llega al templo, buen señor?
-Tuki toko, tuki toko moshe oko. (Traducción: tú vas a llegar a la mier...)
-Ajá, la primera a la izquierda, luego dos templos más y el tercero es el que busco. Gracias, buen hombre.

No sé como, al final llegué al Templo. Había un viejo muy raro, con unas ropas muy raras y con una barba muy rara (era muy larga, ¡MUY LARGA!), que me dijo:

-Soy el Guardián del Templo de Pan'athor-tiyado. Si no respondes correctamente a mis preguntas, caerás al foso ¡y morirás!
-Bueno, adelante...
-¿Quién eres?
-Soy el Gran Maestro Phoenix de la Academia Jedi Mundial.
-¿Qué buscas?
-Busco el Pan.
-¿A qué velocidad vuela una golondrina?
-¿Europea o africana?
-No lo sé... AAAAAAAAAH!!

Y cayó en un foso. Pasé discretamente por encima de la obertura y entré dentro del templo. Cogí mi sable láser, me encendí una antorcha y empecé a buscar. En total calculé unos 2'673 kilómetros recorridos, pero se pasaron volando. Después, entré en una sala increíblemente grande, de unos tropocientos pies de alto por unas tropocientas yardas de ancho, y, en el medio, un sarcófago.

-Genial, he dado con un mausoleo. Si salen zombis del suelo, ya sé que, por lo menos, estaba avisado.

Sin embargo, era mentira. En cuanto oí el primer gemido de zombi putrefacto a mis espaldas, saqué mi sable láser y empecé a rebanar pescuezos. Cuál fue mi sorpresa al ver que en realidad eran conejitos blancos. Sin duda, el que montó la trampa había visto muchas veces "Los Caballeros de la Tabla Cuadrada y sus locos seguidores" de los Monthy Python.

Total, que cogí el sarcófago, saqué el pan, le arreé un mordisco y enseguida me sentí como más fuerte, más potente, más orgulloso de mí mismo. Luego resultó que eran gases. Con el premio de mi búsqueda en mi poder, me dirigí a la salida. Imaginaros mi sorpresa al verme asaltado por un bicharraco de lo menos 7 metros de alto por 4 de ancho, que me obstaculizaba el paso y, por lo visto, también tenía hambre.

Gracias a las sabias enseñanzas del maestro Luke Skywalker, logré, con la ayuda de la Fuerza, dirigir un cráneo humano (casualmente, apareció por ahí) contra un interruptor que también había aparecido casualmente, que se activó, haciendo caer una puerta que casualmente pilló al bicharraco gordo, aniquilándolo. Casualmente, me fui de ahí.

Cuando volví a mi nave, me encontré con que ésta estaba hundida hasta el R2 en un lodazal. Preguntándome cómo había sido tan cazurro de aterrizar ahí, me encontré con un bichejo verde de 50 centímetros y orejas picudas que hablaba muy raro:

-¿Has visto eso?
-Sí, cómo la nave hundiéndose se iba, yo lo he visto.
-Ah, ¿y no haces nada?
-Ayudarte en la búsqueda, yo podré -levantó mi nave y la posó en tierra firme-. Las gracias, darme debes.

Harto de tanta palabrería estúpida y faltas gramaticales, le rebané la cabeza "en pro de la Real Academia de la Lengua Española".

***
-Y aquí estoy yo.
-Nene, que te digo que tenías que traer suavizante, cazurro. Ay, si es que no sé qué habré hecho yo en la otra vida para tener un hijo tan tonto. Por que mira que es tonto...

FIN

Me Da Palo... seguir dibujando tiras. Por lo menos, por hoy.

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